Leo en el Diario Montañes que Costas agota los trámites para inundar de agua el parque y la zona deportiva con lo que se llevará a cabo la sentencia del Tribunal Supremo del 11 de noviembre de 1999.De esta noticia saco dos conclusiones: que nos van a tirar algo que durante veinte años ha sido nuestro lugar de recreo y algo más y que tarde o temprano la justicia va poniendo a cada uno en su sitio.
Por una parte, ese lugar ha sido donde varias generaciones de escalantinos (y gente de otros pueblos que venian a usar nuestras pistas, gratis) hemos crecido, llorado, reido, jugado, caido y un sinfin de verbos relacionados con el área deportiva y no tan deportiva.
En esa explanado que ahora quieren levantar he aprendido a jugar a los bolos en la misma bolera que he visto tirar a Jesús Salmón o a Raúl de Juana que extrapolado al gran futbol es como haber pisado la misma hierba donde Beckham o Ronaldinho se enfrentaban por conseguir la tan preciada Liga.
También recuerdo como un grupo de chavales poníamos en marcha un torneo de futbito que llegó a ser referencia en la comarca a través de sus, creo recordar, trece ediciones. Ese torneo le dio vida al pueblo durante los meses de agosto y nos permitió conocer mas el deporte, la amistad y la competitividad. Nunca le ganamos, pero si lo hubiésemos hecho, tendríamos el recuerdo de haber ganado la Champions, de La Ribera, el parque que ahora pasará a la historia.
Recuerdo también muchas mas cosas, partidos solteros contra casados, nuestros partidos de los domingos contra los gallegos, jugar al «fútbol» por la noche en fiestas, partidos de tenis, basket, jugar a «un higo», al «te obligo», «la rueda», la cadeneta, la zapatilla por detrás y el telefono estropeado.
Pero también recuerdo, haberme sentado en prácticamente la totalidad de los bancos de madera que hay en el recinto durante las calurosas noches de verano compartiendo cositas de pandillas, el primer beso, el primer cigarro o las tonterías de los de siempre.
Parece que todo esto va a tornarse en recuerdos que contar a nuestros descendientes que por desgracia no van a poder disfrutar de La Ribera como nosotros la hemos disfrutado. No es hora de buscar culpables, la realidad es que la justicia tarde o temprano, en esta caso tarde, muy tarde, va a hacernos pagar lo que en su dia se hizo mal, muy mal, por cierto.
Espero que sepamos aprender de esta y que en adelante seamos algo mas listos a la hora de acometer parabienes al pueblo de Escalante y que sepamos tapar el agujero con otro recinto donde nuestros primos, hijos o nietos puedan disfrutar del deporte y amistad como nosotros hemos disfrutado de nuestra querida EXPLANADA.