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y el hambre se junto con las ganas de comer

12 marzo 2010

Es cierto, los problemas que arrastra Escalante se debe a gente maliciosa y sinvergüenza que hay en el pueblo. Esta gente es como una gangrena, porque tampoco solucionan ni dejan a otros solventar los atolladeros en los que estamos envueltos. Y el tiempo pasa.

Sin embargo, para muchos de la villa la “gentuza envidiosa” son aquellos que no se han dejado vender y llenar la faltriquera, que no han  permitido que la gentuza de verdad se apropien del patrimonio y enseres de los vecinos para provecho propio o de amiguitos, que han denunciado las cosas que estaban mal y que otros han hecho sobrepasando la legalidad, personajillos que nunca han prevaricado y tampoco se les ha acusado de corrupción ni se les ha inhabilitado, gente preocupada de verdad de los intereses del pueblo y que no han antepuesto los propios sin importarles pisar a su convecino, que lucharon por nuestro monte para que no lo esquilmaran gratis y resultara un negocio redondo para empresas privadas menos para el pueblo, ni dejaron un pufo millonario en el ayuntamiento. Costas, los ecologistas o los mismos jueces, los malos del culebrón sangrante de la Rivera, rubricados como los culpables de levantar el relleno maldecido y no el que lo hizo sin licencia, que era un “santo”. Y ni digamos de esa gente pérfida de la Asociación Cultural Juan de la Encina que viene a meter las narices para defender nuestras casas históricas incluidas en el Catalogo de Edificios Protegidos ya que aquí nadie tiene los suficientes genitales para atreverse. Y toda esa hipotética gente que aun no ha denunciado todos los derribos  y atropellos que aun restan por imputar.

Quizás también sean los que no permitieron el atropello de las Torres, (aun sin licencia de obra pues se la anulo el TSJC) que se construyo violando las normas urbanas y que incluyeron dentro de su parcela la plaza, huertas y calles para poder construir, como bien se alude, 32 viviendas y no 15, o serán esos vecinos roñosos que no quisieron que les expropiaran sus huertas para dárselos a estos señoritos. Si las huertas en el pueblo no pintan nada ¿por qué no dais vuestras propias fincas? o los mismos propietarios que también tienen sus terrenos. A lo mejor muchos también entrarían en el saco. Quizá den lastima esos mismos vecinos que compraron por un puñado de millones esos pisos sabiendo lo que había, pobres, son la presa de su propia red.

Claro que hay gente muy mala en Escalante, pero para esta parte vecinal los “buenos” son los que hacen las cosas mal y que no cumplen las leyes, deberíais replantearos el concepto de maldad o por lo menos no tergiversar.  Y todo, porque hay mucho estomago agradecido en el pueblo. Son aquellos que no quieren que las cosas cambien en la villa, que les importa un carajo el bien común, solo importa ellos y su ombligo. Defienden lo que hizo Al-que-no-debe-ser-nombrado para obtener sus favores u obtener beneficios a costa de los demás a cambio de comprar los votos, tales como dar / quitar puestos de trabajo a su conveniencia, no cobrar licencias, expropiar terrenos ajenos por el simple hecho de no comulgar con su condición, trabajar a comisiones, hacer urbanos los terrenos de los ricos y amiguetes…  además fue quien no quiso cambiar las normas urbanas, tal como le aconsejo la Diputación antes de entrar en la UE, y como consecuencia, arruino al pueblo permitiendo la culminación de los planeamientos de protección en la época de Hormaechea.

Por todo ello, y por algo será, fue imputado e inhabilitado librándose de la cárcel por los pelos, no porque se lo mereciera o no, sino por su inculpador que se echo atrás.

 Lo realmente Innombrable es la herencia que nos dejo: el farragoso lío de Las Torres, el relleno ilegal contaminado, la estafa al pueblo de las canteras de Montehano y su vergonzosa cicatriz, y su una deuda de cerca de 100 millones de pesetas que el pueblo tuvo que hacer frente, la estafa patrimonial en el Plan Parcial de los Fachos, aún sin resolver, sin legalizar y sin saneamiento,  y todas las obras que dejó enfangadas para que lo solucionara los que vinieron después. Poco cuenta lo que hizo bien, si con la otra mano nos hunde en la miseria.

Y volviendo al punto de partida, Y estoy de acuerdo con aquellos que argumentan que lo importante ahora es el futuro, tirar todos del mismo lado del carro para poder plantear soluciones y conseguir salir de los atolladeros en los que está enfrascada la villa. Sin embargo, las cosas no son así, esa mala gente continúa hoy haciendo daño, empujan a la gente a salir a manifestarse por sus propios intereses y a defender lo ilegal, ponen zancadillas a los que realmente se esfuerzan por hacer algo bueno, continúan intentando expropiar terrenos y  aprobar un Plan solo para beneficiar a unos pocos ignorando los planeamientos de protección que afectan al municipio. El veneno de Al-que-no-debe-ser-nombrado aun corre nuestras calles manejando como a un títere al señor acomodado desde hace ya unos años en la poltrona del ayuntamiento; y posiblemente, dictaminando desde la sombra a sus hijos predilectos del pepé (aunque les otorgo el derecho de la duda), para zanjar los entresijos pendientes y allanar su probable retorno.  

Pero lo más preocupante de todo, es que la gente del pueblo permanece inmutable a los problemas de nuestro pueblo y se dejan arrastrar por ramales que no llegan a ningún lugar. O bien unos al dejarse manipular por el corregidor, otros se hallan sumergidos en una indolencia crónica, a otros les puede el resentimiento y los hay que no pueden salirse de su logia sectaria a la que pertenecen.

En definitiva, el resentimiento existente no se debe simplemente a la diferencia de pareceres ni de colores partidistas, la envidia tampoco parece ser la causa como muchos creen. Esta se encuentra en algo más profundo, en el interés de hacer las cosas mal y no soportar que otro nos diga que eso no está bien. Es una desfachatez que a los denunciantes de las atrocidades que ocurren en nuestro pueblo sean tildados de canallas y envidiosos que les gusta hacer daño.

¿Por qué no dáis la cara de una vez, os quitáis la careta y denunciáis en los tribunales a los demandantes por canallas? Pero no lo haréis porque no tenéis ni el valor ni las convicciones necesarias de utilizar vuestro dinero para el bien general. Además de acusadores en principio, después inculpados y terminarías condenados como están a los que tanto defendéis.